CAUSAS INICIADAS EN FUERO DE FAMILIA
CAUSAS INICIADAS EN LA JUSTICIA DE PAZ
LUGAR DE RADICACIÓN DE DENUNCIAS
TIPO DE VIOLENCIA
RELACIÓN ENTRE VÍCTIMA Y AGRESOR
SEXO DE LA VÍCTIMA
SEXO DEL DENUNCIADO
EDAD DE LA VÍCTIMA
EDAD DE LA VICTIMA POR SEXO
EDAD DEL DENUNCIADO
EDAD DEL DENUNCIADO POR SEXO
NIVEL EDUCATIVO DE LA VÍCTIMA
NIVEL EDUCATIVO DEL DENUNCIADO
Información Anexa
• Causas iniciadas por Departamento Judicial/Sede Se visualiza en el cuadro la cantidad de causas iniciadas en el Fuero de Familia de las 19 departamentales de la Provincia y las sedes descentralizadas. Se agrega además los datos correspondientes a los 6 años anteriores que permiten ver la progresión y el aumento de la litigiosidad en la materia. Se adjunta también un cuadro con las cifras de ingreso de denuncias del Fuero de Paz. Al respecto se pone de resalto que para la Ley 15569 las denuncias por violencia familiar pueden tramitar en los Juzgados de Paz y Familia, ello a elección del denunciante.
• Lugar de radicación de la denuncia Surge con claridad la tendencia a producir las denuncias en sede policial (95,4%) por tratarse de una agencia estatal de fuerte presencia en el territorio, que brinda además atención descentralizada. En ellas se reciben las denuncias que luego tramitarán en el Fuero Penal pero además las que se contemplan efectuadas en el marco previsto por la Ley 12569 y que tramitan en los Fueros de Familia o Paz. Cabe poner de resalto que como una medida para favorecer el acceso a la Justicia la Suprema Corte de Justicia de la Provincia de Buenos Aires suscribió en el año 2012 un Convenio con el entonces Ministerio de Seguridad y Justicia por el que se instauró el formulario de toma de denuncia a utilizar en las dependencias policiales.
• Tipo de violencia denunciada Con respecto a las modalidades de violencia, los casos registrados durante el año 2016, refieren mayoritariamente a violencia psicológica/emocional (94,00%), sobre una muestra relevada de 105.416 denuncias, teniendo en cuenta que cada una puede hacer referencia a más de un tipo. Las denuncias de violencia física alcanzan el 39% y el resto representa porcentajes mínimos (económica/patrimonial, ambiental, participación social y sexual/reproductiva).
• Relación víctima/agresor Cobra relevancia analizar la violencia familiar según el vínculo de la persona en situación de violencia con el/la agresor/a. Los datos relevados durante el año 2016 permiten apreciar que el 45% de las personas que sufren violencia es por parte de su expareja, sumándose un 22% respecto del conviviente/cónyuge. Este dato deberá leerse en paralelo con el que aporta el cuadro y gráficos que muestran el sexo de los denunciados y de las víctimas y la relación entre ellos.
• Sexo de la víctima y del denunciado Como surge de los gráficos, la violencia familiar en el ámbito doméstico resulta en su gran mayoría producto de la violencia de género.
• Edad de la víctima por sexo De acuerdo a los datos obtenidos en el año 2016, el mayor porcentaje de las personas en situación de violencia de familiar tienen entre 30 y 39 años (27% Mujeres – 24% Varones), similar alcance se registra entre 22 a 29 años (25% Mujeres – 19% Varones), tendencia que se mantiene mes a mes. Cabe señalar que entre los 18 y los 49 años las mujeres alcanzan el 78% como víctimas de violencia, y para los varones llega al 65%.
• Edad del denunciado/a por sexo De los datos obtenidos en el año 2016, el mayor porcentaje de personas denunciadas por violencia de familiar tienen entre 30 y 39 años (30% Mujeres – 31% Varones), sobre un universo de 3.054 mujeres y 9.702 varones.
• Nivel Educativo alcanzado por la víctima y el denunciado/a Los gráficos no señalan indicadores significativos en cuanto al nivel educativo que permitan visibilizar por sí mismos la probabilidad de sufrir actos de violencia familiar; sin embargo podríamos inferir que si las condiciones materiales de vida son insuficientes para sostener la vida cotidiana, al quedar asociadas a una educación deficitaria torna inaccesible el paso a la información útil, constituyéndose en un factor de riesgo y mayor vulnerabilidad social por el tipo de aislamiento que ocasiona. Particularmente en el abordaje de tales cuestiones no podemos perder de vista cómo diversos componentes no visibles del funcionamiento cotidiano inciden silenciosamente en las posibilidades de crecimiento y desarrollo de las personas para construir estrategias de afrontamiento que les permita producir una vida libre de violencias.